martes, 17 de agosto de 2010

Gen NDM-1: el gen viajero, ¿nueva pandemia?

Esto de las pandemias empieza a oler a cuerno quemado. Primero fue la misteriosa gripe porcina, luego la temida gripe A; milagrosa por otro lado para quienes colocaron de esa forma el excedente de vacunas de la pandemia precedente. “Inexplicablemente”, el fin de la segunda vino dada con la colocación del susodicho excedente y con la adquisición por parte de la mayoría de países desarrollados de ingentes cantidades de la nueva vacuna milagro que parecía la panacea (nótese el sarcasmo).

Curiosamente, tras el comunicado de la O.M.S. que anunciaba el final de la pandemia, la histeria colectiva desapareció de la noche a la mañana y la mayoría de las vacunas no utilizadas fueron a parar… al tercer mundo… sabe dios para qué.

¿Y ahora?, ¿a dónde irá a parar de nuevo el stock? ¿es el gen NDM-1 la respuesta? ¿se estará convirtiendo esto en la pescadilla que se muerde la cola?... o ¿en realidad se trata tan sólo de cortinas de humo alimentados por la hipocondría?... quizás una mezcla de ambas; es sólo mi opinión. ¿Quién será esta vez el “salvador” de la humanidad?: ¿Roche?, ¿GSK?, ¿Bayer?, ¿quién?... ¡hagan sus apuestas!.


A lo que vamos. Esta nueva amenaza (pónganle las comillas que quieran si lo desean) viene de la mano de un gen: el Nueva Delhi metallo-b-lactamase 1, contenido en especies pertenecientes a la familia enterobacteriaceae, un grupo de bacterias frecuentemente resistentes a diversos antibióticos, que altera otras bacterias (como las citadas posteriormente) volviéndolas resistentes a la mayoría de los antibióticos conocidos. Esta cepa bacteriana recibe el nombre de gen viajero porque afecta a los turistas occidentales (británicos, suecos, australianos, etc) que viajan a países subdesarrollados tales como la India, Bangladesh o Pakistán, frecuentemente a causa del llamado turismo estético.

Tras posteriores estudios a diversos pacientes, un grupo de investigadores descubrió hace un año (NDM-1 fue descubierto por primera vez en 2009) muestras de dicha cepa en bacterias de E. coli (a la izquierda) y de Klebsiella pneumoniae (abajo). Lo más importante de los resultados del estudio fue la constatación de que NDM-1 se localiza en el plásmido de las bacterias (estructuras de ADN que pueden ser copiadas y transferidas fácilmente a otras bacterias), lo que implica que esta bacteria tiene una amplia capacidad de diversificación entre diferentes poblaciones de bacterias.

Y aquí es donde está el problema, pues muy pocos antibióticos pueden combatir esta cepa y ya se han constatado casos de muerte como el de un paciente sueco que había estado ingresado en un hospital indio.

Respecto a muertes en países subdesarrollados, la cifra, como es evidente y cabe esperar, es incierta y además, las autoridades niegan las informaciones y acusan al periodismo sensacionalista de crear una falsa alarma. Sea como sea, a mí me parece evidente que las industrias farmacéuticas han encontrado (o creado) una nueva forma para seguir haciendo caja.


Para acabar, quisiera recoger las opiniones de algunos expertos:
  • El profesor Collignon, miembro de la Organización Mundial de la Salud, culpó de la aparición de las bacterias resistentes como el NDM-1 al abuso de los antibióticos en la medicina, agricultura y ganadería instando a que se controle su uso para evitar su difusión.
  • El profesor Timothy Walsh informa que en Europa se ha estado monitorizando e informando de la aparición de bacterias similares a lo largo de la última década. Y añade que las experiencias de países como Italia, Grecia o Israel ponen de manifiesto que estamos ante una amenaza hacia la salud pública de manera que, si no hay planes efectivos, ello podría minar todo el sistema sanitario.
  • La Sociedad Europea de Microbiología y Enfermedades Infecciosas (ESCMID) ha llegado a reconocer que es posible que no se disponga de antibióticos para tratar nuevas infecciones al menos en los próximos diez años, de tal manera que, es necesario que la comunidad médica y sanitaria ponga todo su empeño en controlar la difusión de estos patógenos.


Azulina